Cocinas con estilo propio
El pensador francés Montaigne decía que el hombre es un animal que guisa, y eso lo diferencia de sus congéneres naturales. Siguiendo este razonamiento se podría argumentar que una casa es un lugar donde se puede cocinar. Y la progresiva importancia que la cocina ha cobrado en el contexto de las viviendas actuales parece confirmar esta afirmación. Del cuarto oscuro y maloliente al espacio de trabajo y relación que conocemos actualmente como cocina hay un salto de varias generaciones que va mucho más allá del simple hábito de vivir. Cambios sociales muy profundos explican el auge del espacio cocina y su compleja transformación. El proceso de adaptación a varios usos y la ubicación compartida con el salón, tan habitual y lógica, comporta su nueva inquietud por el estilo, por la integración en el conjunto de la casa con la que se identifican sus ocupantes.